La fotografía es anónima. Como hemos señalado antes, ha tenido dos autores. En primer lugar se atribuyó a Lewis Hine, el fotógrafo que permitió abolir el trabajo infantil gracias a su trabajo. Por aquel entonces trabajaba documentando la construcción de otro importante edificio, el Empire State Building. Como se terminó en 1931 muchos pensaron que siguió trabajando en las alturas.
Más tarde, en 2003 la familia del fotógrafo Charles Ebbets aseguró que el disparo era suyo. De hecho se llegó a celebrar una fiesta con una gran impresión de la imagen en el mismo edificio en el que se realizó el disparo.
Si bien es simplemente una foto de obreros almorzando en su lugar de trabajo, la imagen sorprende por la contradicción que genera. Por un lado el peligro de estar sentados a esa altura, y por el otro, la naturalidad de los obreros que eligen ese lugar y ese situación tan particular para almorzar. A esto se suma la habilidad de Ebbets por captar ese momento único.
Incluso hicieron películas cómicas sobre el tema. Todos querían hacer una fotografía que promocionara y animara a la población. Hoy todos nos llevaríamos las manos a la cabeza.
La imagen me genera temor, ya que, no tiene sentido arriesgar la vida de 11 personas para una foto.